refrigeradas

Refrigeradas es un término utilizado para describir productos que se mantienen a temperaturas de refrigeración con el fin de preservar su calidad y seguridad. En el ámbito alimentario y sanitario, la refrigeración retrasa el crecimiento de microorganismos y la degradación, extendiendo la vida útil de alimentos frescos y cocidos, bebidas y ciertos productos farmacéuticos.

Los rangos de temperatura típicos varían según el producto y la cadena de frío. En general, los alimentos se mantienen entre 0 y 5 °C en refrigeradores domésticos e industriales, y existen rangos específicos dentro de la cadena de frío según el artículo. Algunas categorías requieren temperaturas cercanas a 2–4 °C o condiciones particulares del fabricante.

Entre los productos comúnmente etiquetados como refrigerados están lácteos, carnes y pescados, huevos, preparados alimentarios, frutas y verduras susceptibles a deterioro, así como ciertos fármacos. En contraste con los alimentos congelados, que se almacenan por debajo de −18 °C para detener casi por completo la actividad microbiana, los refrigerados buscan equilibrio entre seguridad y calidad sensorial.

El almacenamiento y manejo adecuados incluyen conservar los productos en sus envases originales o en condiciones cerradas, evitar la contaminación cruzada, monitorizar la temperatura y evitar fluctuaciones, y respetar las fechas de caducidad o consumo preferente.

En seguridad alimentaria, la zona de peligro de temperatura (aproximadamente 5–60 °C) favorece el crecimiento bacteriano; por ello se recomienda descongelar en refrigeración, cocinar a temperaturas adecuadas y evitar reintroducir al refrigerador grandes lotes que hayan estado a temperatura ambiente.

En contextos industriales, la clasificación “refrigeradas” facilita la gestión de inventarios, controles de calidad y trazabilidad dentro de la cadena de suministro.