mielosupresión

La mielosupresión, o supresión de la médula ósea, es la disminución de la actividad medular que provoca una reducción en la producción de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Este descenso puede dar lugar a anemia, infecciones y sangrado, y puede ser transitorio o persistente según la causa.

Las causas principales incluyen la quimioterapia y la radioterapia, fármacos mielotóxicos (como antimetabolitos y agentes alquilantes), inmunosupresores, síndromes mielodisplásicos o aplásicos, infecciones virales (p. ej., parvovirus B19), deficiencias nutricionales (vitaminas B12 y folato), alcohol y ciertas enfermedades de la médula. La mielosupresión también puede resultar de un trasplante de médula ósea o de tratamiento inmunomodulador.

La presentación depende de la línea celular afectada: anemia causa fatiga y disnea; neutropenia aumenta el riesgo de infecciones, a veces graves o de meningitis; trombocitopenia se asocia con moretones, sangrados o petquia. El diagnóstico se realiza con recuento sanguíneo completo y diferencial, reticulocitos y pruebas para la causa subyacente. En algunos casos se necesita una biopsia de médula ósea para valorar la celularidad y la presencia de disfunción específica.

El manejo se centra en eliminar o reducir la exposición a la causa mielotóxica, cuando es posible, y en el soporte médico. Esto incluye transfusiones de sangre o plaquetas según sea necesario, uso de factores de crecimiento (p. ej., G-CSF para neutropenia, eritropoyetina para anemia), tratamiento de infecciones (antibióticos de amplio espectro ante fiebre neutropénica), y medidas de soporte. El pronóstico depende de la etiología y de la respuesta al tratamiento; algunas causas son reversibles, otras requieren tratamientos más intensivos como trasplante de progenitores hematopoyéticos.