lithificación

Litificación, también conocida como lithificación en inglés, es el conjunto de procesos que transforman sedimentos sueltos en rocas sedimentarias mediante la compactación y la cementación, y, en un sentido amplio, forma parte de la diagénesis sedimentaria. A lo largo de este proceso, la presión de sobrecarga reduce el volumen de poros y aumenta la cohesión entre las partículas, lo que fortalece la roca resultante.

La compactación es la reducción de volumen causada por el peso de los sedimentos acumulados. Es especialmente importante en sedimentos finos, como arcillas y limos, que tienden a volverse lutitas al litificarse. En rocas más gruesas, la compactación también contribuye a la densificación, pero puede ser menos conspicua.

La cementación implica la precipitación de minerales desde el agua intersticial que une las partículas. Cementos comunes incluyen calcita, sílice y óxidos de hierro; también puede ocurrir dolomita. El tipo de cemento y el grado de cementación influyen en la porosidad y la permeabilidad de la roca litificada. Además de estos procesos primarios, pueden intervenir la recristalización y la neomineralización, que reconstituyen o reconfiguran la matriz mineral durante la diagénesis.

La litificación da origen a rocas como arenisca, lutita y caliza litificada. Ocurre a temperaturas y presiones relativamente bajas en comparación con la metamorfosis, por lo que es una etapa inicial del ciclo de las rocas. Su estudio es clave en geología petrolera y de acuíferos, al definir porosidad, permeabilidad y el historial diagenético de una cuenca.