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hemólisis

La hemólisis es la ruptura de los glóbulos rojos (eritrocitos) con liberación de hemoglobina. Puede ocurrir dentro de los vasos sanguíneos (hemólisis intravascular) o fuera de la circulación, principalmente en el bazo e hígado (hemólisis extravascular). En la modalidad intravascular la hemoglobina libre puede teñir la sangre y la orina, y en la extravascular la destrucción se realiza principalmente por macrófagos.

La hemólisis intravascular implica destrucción eritrocitaria en la circulación, con posible hemoglobinemia y hemoglobinuria. Sus causas

Las causas se agrupan en tres grandes categorías: 1) autoinmunes (hemólisis inmune, con o sin anticuerpos directos

En laboratorio se observa anemia y elevación de LDH, haptoglobina baja (especialmente en hemólisis intravascular) y

El tratamiento apunta a la causa subyacente y al soporte: transfusiones cuando necesarias, evitar fármacos que

incluyen
efectos
autoinmunes,
válvulas
cardíacas
mecánicas,
microangiopatía,
infecciones,
toxinas
y
transfusiones
incompatibles.
En
la
hemólisis
extravascular,
los
eritrocitos
son
eliminados
por
macrófagos
en
bazo
e
hígado,
y
suele
manifestarse
como
anemia
crónica,
ictericia
y
aumento
de
reticulocitos.
positivos
en
la
prueba
de
antiglobulina);
2)
hereditarias
o
estructurales
(defectos
de
membrana
eritrocitaria
como
esferocitosis
hereditaria,
y
deficiencias
enzimáticas
como
G6PD
o
piruvato
quinasa);
3)
mecánicas
o
tóxicas
(válvulas
protésicas,
microangiopatía,
fármacos
oxidantes,
infecciones).
Reacciones
transfusionales
y
ciertas
infecciones
también
pueden
desencadenarla.
bilirrubina
indirecta
alta;
puede
haber
hemoglobinemia
y
hemoglobinuria.
El
frotis
puede
mostrar
esquistocitos
o
esferocitos;
la
prueba
de
antiglobulina
directa
(Coombs)
es
útil
para
causas
autoinmunes.
inducen
hemólisis,
y
en
causas
autoinmunes
pueden
emplearse
inmunosupresores
o,
en
algunos
casos,
esplenectomía
o
plasmapéresis.