fracturar

Fracturar es un verbo en español que significa producir una fractura o romper algo, especialmente un hueso. Proviene del sustantivo fractura, que a su vez procede del latín fractūra, de fractus, roto, y de frangere, romper. En la práctica clínica, fracturar un hueso implica una interrupción de la continuidad estructural y puede acompañarse de dolor, deformidad y limitación de la función.

En medicina, fracturar se aplica a la ruptura de un hueso o de varias estructuras óseas. También se utiliza para describir la rotura de materiales duros o de estructuras geológicas. Las fracturas se clasifican según la localización, el patrón de fractura y la gravedad, y pueden presentarse de forma aislada o asociada a otras lesiones.

La clasificación típica incluye fracturas cerradas (sin apertura de la piel) y abiertas o expuestas (con daño de la piel); desplazadas (los fragmentos están fuera de su posición) y no desplazadas; conminutas (varios fragmentos); y patrones como transversal, oblicua, espiral, verde o en tallo; también existen fracturas por avulsión, por compresión o impactos. La ubicación anatómica, la edad del paciente y el estado de la vascularización influyen en el manejo.

Diagnóstico y tratamiento requieren evaluación clínica y herramientas de imagen, como radiografías, y a veces TAC o RM. El objetivo es realinear y estabilizar el hueso, ya sea mediante inmovilización (yeso o férula) o reducción, que puede ser cerrada o quirúrgica. En fracturas abiertas se utilizan antibióticos y medidas para prevenir infección. La rehabilitación y la nutrición adecuadas facilitan la curación y la restauración de la función.