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deformidad

Una deformidad es una alteración de la forma, tamaño, alineación o función de una región del cuerpo que puede afectar la movilidad, la estabilidad o el aspecto estético. Estas condiciones pueden ser congénitas (presentes al nacer) o adquiridas a lo largo de la vida y pueden involucrar huesos, articulaciones, músculos o tejidos blandos. Son comunes en extremidades, columna y cráneo facial.

Clasificación: Se distinguen deformidades estructurales, en las que la anomalía está en la estructura ósea o

Diagnóstico: se basa en la historia clínica y el examen físico, y se apoya en pruebas de

Tratamiento: depende de la severidad y la causa. Las opciones no quirúrgicas incluyen fisioterapia, ejercicios dirigidos,

Impacto: las deformidades pueden afectar la independencia, la movilidad y la calidad de vida, además del bienestar

articular,
de
deformidades
funcionales,
en
las
que
la
función
se
ve
afectada
por
desequilibrios
musculares
o
tendinosos
sin
deformidad
ósea
evidente.
También
se
clasifican
por
origen
(congénitas
vs
adquiridas)
y
por
progresión
(progresivas
vs
estables).
imagen
como
radiografías,
tomografía
y
resonancia
magnética.
Se
evalúan
la
alineación,
la
movilidad
y,
cuando
corresponde,
los
ángulos
que
describen
patrones
típicos
de
la
deformidad.
ortesis
y
otras
ayudas
para
mejorar
la
postura
y
la
función.
Las
deformidades
que
progresan
o
limitan
la
vida
diaria
pueden
requerir
cirugía,
como
osteotomías
para
corregir
la
alineación,
fusiones
articulares
o
reparaciones
de
tejidos
blandos.
El
objetivo
es
restablecer
la
alineación,
optimizar
la
función
y
reducir
el
dolor.
emocional.
El
manejo
suele
requerir
un
enfoque
multidisciplinario
y
adaptaciones
en
la
vida
diaria.
El
acceso
a
tratamientos
adecuados
es
un
factor
importante
para
el
pronóstico
a
largo
plazo.