fototermia

La fototermia, también conocida como terapia fototérmica, es una técnica médica que utiliza agentes que absorben luz para convertir la energía lumínica en calor. El calor generado produce hipertermia localizada que puede destruir tejido patológico o patógenos. La irradiación se realiza con láseres o diodos emisores de luz, y se selecciona en el rango del infrarrojo cercano para aprovechar una mayor penetración en los tejidos.

El mecanismo implica la acumulación selectiva de agentes fototérmicos en el tejido diana. Al irradiarse, estos agentes absorben la luz y convierten la energía en calor, elevando la temperatura de la zona objetivo a niveles que provocan daño tisular, desnaturalización de proteínas y, a menudo, apoptosis o necrosis. También puede afectar la vasculatura tumoral, reduciendo el suministro de sangre.

Entre los agentes fototérmicos se incluyen nanopartículas de oro, materiales carbonosos y colorantes. Su superficie puede modificarse para facilitar la acumulación en tumores o en nichos antimicrobianos. Las longitudes de onda empleadas suelen estar en el rango de 700 a 1100 nanómetros, donde la penetración de la luz en tejidos es mayor.

Las aplicaciones clínicas se concentran principalmente en la oncología para tratamiento local de tumores y en dermatología para la destrucción de lesiones. También se explora su uso contra infecciones bacterianas y fúngicas mediante la destructión térmica de patógenos, así como en combinación con otras terapias como quimioterapia o radioterapia.

Limitaciones y consideraciones de seguridad incluyen la distribución del agente, toxicidad potencial, control de la temperatura y la penetración de la luz. Es necesario monitorizar la temperatura y la irradiación para evitar daño a tejidos sanos. A día de hoy, la terapia fototérmica sigue en gran medida como una opción complementaria o experimental, con ensayos clínicos en curso para diversas entidades.