flotación

La flotación es un proceso de separación de minerales que se utiliza ampliamente en la industria extractiva para separar materiales con diferente hidrofobicidad en una pulpa acuosa. En condiciones adecuadas, las partículas de interés que tienen mayor afinidad por las burbujas de aire se adhieren a estas burbujas y ascienden a la superficie, formando una espuma que puede recogerse, mientras la ganga permanece en la pulpa.

El principio central es la diferencia de wettability entre las especies presentes. Los minerales se tratan con reactivos, como colectores que aumentan la adsorción de las partículas sobre las burbujas, espumantes para estabilizar la espuma, y modificadores, activadores o depresores que ajustan la selectividad y la flotabilidad según el mineral. La temperatura, el pH y la conductividad de la pulpa también influyen en la eficiencia de la separación.

Las operaciones típicas incluyen molienda para liberar los minerales, mezcla con agua para formar la pulpa, inyección de aire y control de variables como pH y contenido sólido. La flotación se realiza en celdas de flotación, tanto mecánicas como de columna; las celdas mecánicas utilizan agitación y suministro de aire para generar burbujas, mientras que las columnas dependen de la separación por gradiente y la interacción con la interfase aire-pausa.

Aplicaciones y limitaciones: se utiliza con minerales sulfúricos y óxidos de cobre, zinc, plomo y molibdeno, así como para la flotación de carbón y la purificación de concentrados. Es eficaz para partículas en un rango específico de tamaños, pero depende fuertemente de la mineralogía y de la química de la pulpa; no siempre funciona para minerales con baja hidrofobicidad. El proceso implica manejo de reactivos y generación de colas, con consideraciones ambientales y económicas.