flacidez

La flacidez es la pérdida de tono y elasticidad de la piel y, en ocasiones, de los tejidos subyacentes, que provoca laxitud y caída en áreas como el rostro o el abdomen. Es un fenómeno habitual asociado al envejecimiento, relacionado con la reducción de colágeno y elastina en la dermis.

Causas y factores de riesgo: envejecimiento, exposición solar crónica, tabaquismo, fluctuaciones de peso, embarazos, cambios hormonales y estilo de vida sedentario. También influyen la predisposición genética y la calidad previa de la piel.

Áreas afectadas y manifestaciones: la cara, el cuello, el abdomen, los brazos y las piernas pueden presentar flacidez, con caídas, pliegues o falta de definición. En ocasiones se combina con pérdida de volumen en pómulos o mejillas.

Diagnóstico: se realiza por evaluación clínica de la piel y el tejido subyacente. No suele requerir pruebas complejas; el grado de laxitud se clasifica según las zonas afectadas y la severidad.

Tratamiento y prevención: enfoques no invasivos como cremas con retinoides, vitamina C o péptidos y dispositivos de energía (radiofrecuencia, ultrasonido, láser) pueden tensar la piel. En casos pronunciados, se consideran cirugías como lifting facial, cuello o cuerpo. La prevención incluye protección solar, evitar el tabaco, una alimentación equilibrada y ejercicio regular para mantener tono muscular y elasticidad.