fistulotomía

La fistulotomía es un procedimiento quirúrgico para tratar una fistula anal. Consiste en abrir a lo largo del trayecto fistuloso hasta exponerlo al exterior, de modo que la fistula sane por granulación y epitelización secundaria. Se realiza con anestesia local, regional o general y suele ser la opción de primera línea para fistulas simples y bajas con mínimo compromiso del esfínter anal.

Antes de la fistulotomía se evalúa la anatomía de la fistula mediante exploración digital, sondaje, y pruebas de imagen como fistulografía o resonancia magnética. Está indicada para fistulas simples y bajas que no comprometen de forma significativa el esfínter anal. Las fistulas complejas, altas o recurrentes pueden requerir otros enfoques y con frecuencia requieren procedimientos que preserven el esfínter, como setón, colgajo de advancement, o técnicas LIFT; la incontinencia posquirúrgica es una complicación potencial.

Durante la intervención, el trayecto fistuloso se abre desde la abertura externa hasta la interna siguiendo su curso, con una incisión suficiente para exponer el tracto. Se libera el trayecto, se desinfecta y se deja la herida para curar por segunda intención. En algunos casos se coloca un setón para mantener el drenaje o para preparar una fistulotomía gradual. El control del dolor y la higiene local son importantes en la recuperación.

La fistulotomía pequeña y baja tiene altas tasas de curación y bajo riesgo de incontinencia; el riesgo de recurrencia depende de la complejidad de la fistula y de la adecuada identificación del trayecto. Las complicaciones pueden incluir dolor, sangrado, infección y, en casos inadecuados, deterioro de la continencia. La recuperación suele requerir varias semanas y son recomendadas medidas para evitar estreñimiento.