fisicalismo

El fisicalismo, en filosofía de la mente y de la ciencia, es la tesis de que todo hecho del mundo es físico o depende de hechos físicos. Sostiene que los estados y procesos mentales —pensamientos, sensaciones, emociones— son, o se reducen a, estados y procesos físicos del cerebro, o al menos dependen de ellos de manera decisiva.

Formas principales: el fisicalismo reductivo, que identifica tipos o tokens mentales con tipos o tokens físicos (por ejemplo, el dolor con una configuración neuronal específica); y el fisicalismo no reductivo, que admite la dependencia causal de lo mental respecto a lo físico, pero sostiene que ciertos aspectos mentales no pueden reducirse a explicaciones físicas simples, recurriendo a la idea de supervención o de propiedades emergentes.

Dentro de corrientes afines se halla el eliminativismo, que cuestiona la existencia de algunos estados mentales cotidianos (creencias, deseos) y propone reformular la psicología en términos neurocientíficos; a veces se discute si debe considerarse parte del fisicalismo o como oposición.

El fisicalismo se apoya en principios como la causalidad física y el proyecto de una explicación naturalista: la ciencia física describe los fenómenos del mundo y, en particular, sostiene que no hay entidades mentales no físicas distintas de las descritas por la neurociencia. También subraya el papel de la neurociencia y de los correlatos neuronales de la conciencia.

El debate aborda críticas como el argumento de Mary para la explicabilidad de la experiencia consciente, el problema de los qualia y la posibilidad de zombis. Los fisicalistas responden con avances en neurociencia y con la idea de que los estados mentales son condiciones físicas en el cerebro.

Históricamente, el fisicalismo se enmarca en la tradición materialista y se consolidó en el siglo XX como una posición dominante en filosofía de la mente y de la ciencia.