figurados

Figurados es un término utilizado en lingüística y literatura para designar expresiones cuyo sentido no es literal. También se habla de lenguaje figurado o de figuras retóricas. Su función es enriquecer la comunicación, crear imágenes, expresar emociones y dotar de estilo al discurso.

Se emplean tanto en poesía como en prosa, y también en el lenguaje cotidiano. En la tradición clásica de la retórica, los figurados se estudian como recursos para expresar ideas de forma no literal y persuasiva, permitiendo desarrollar matices y efectos estéticos.

Entre los tipos principales se destacan la metáfora, el símil, la metonimia, la sinécdoque, la personificación, la hipérbole, la litote, la ironía y el oxímoron, entre otros. La metáfora establece una relación de semejanza entre dos elementos sin usar un conector explícito; el símil recurre a como o semejante; la metonimia y la sinécdoque sustituyen un término por otro relacionado; la personificación atribuye cualidades humanas; la hipérbole exagera; la litote minimiza mediante negación; la ironía expresa lo contrario de lo que se afirma; el oxímoron une ideas contradictorias para generar un efecto.

Ejemplos: “La vida es un camino” (metáfora); “Corre como un rayo” (símil); “La noche cubre la ciudad” (personificación); “Compró un Picasso” (metonimia); “Te lo dije mil veces” (hipérbole); “Qué puntualidad tan exacta” (ironía). Estos ejemplos muestran cómo el figurado trasciende el sentido literal y depende del contexto para su interpretación.

La interpretación de los figurados depende del contexto, el registro y la cultura; pueden generar ambigüedad y variar entre lectores. En la traducción, a veces es necesario buscar equivalentes culturales o recursos alternativos para conservar el efecto retórico.

Véase también: Figuras de lenguaje; Lenguaje figurado.