bioestratigráficas

La bioestratigráfica es una rama de la biostratigrafía que estudia la distribución de fósiles en rocas sedimentarias para inferir edades relativas y correlacionar secciones estratigráficas. Se apoya en la aparición y desaparición de taxones a lo largo del tiempo para definir unidades y zonas bioestratigráficas.

Las unidades básicas incluyen las biozonas, definidas por la presencia de un taxón o de un conjunto característico de taxa. También existen las zonas de ensamblaje, que se basan en un conjunto de fósiles característicos; las zonas de intervalo, que quedan entre la primera aparición de un taxón y la última desaparición de otro; y las zonas de linaje, que siguen la trayectoria de un linaje a lo largo del tiempo. Estas categorías permiten describir y comparar la distribución de fósiles entre secciones a distintas escalas espaciales y temporales.

Las aplicaciones de la bioestratigráfica incluyen la correlación de estratos entre cuencas y regiones, la construcción de columnas de tiempo relativas y, en la industria, la localización y la mapeación de horizontes favorables para la exploración de hidrocarburos mediante dataciones relativas robustas. Generalmente se complementa con otros métodos de datación, como la magnetoestratigrafía o la chemostratigrafía, para mejorar la precisión.

Entre los fósiles índice más empleados se encuentran ammonites y conodontos, útiles para biostratigrafía de distintas eras geológicas, así como graptolitos en ciertas series Paleozoicas. Su interpretación requiere un registro fósil suficientemente rico y una taxonomía estable para evitar ambigüedades en la correlación estratigráfica.