aridez

Aridez se refiere a la condición ambiental de escasa disponibilidad de agua, resultante de una precipitación insuficiente frente a las pérdidas de evapotranspiración. En este estado, los suelos suelen mantener poco contenido de humedad y la vegetación es escasa o adaptada a la sequía. La aridez es un rasgo climática que puede ser regional o local y afecta a ecosistemas, actividades humanas y servicios ambientales.

Se evalúa mediante índices de aridez que combinan precipitación y demanda de agua de la atmósfera. Un ejemplo es el índice de aridez de De Martonne (I = P/(T+10)), donde P es la precipitación y T es la temperatura media. En la clasificación climática, la aridez se distingue entre hiperárido, árido, semiárido y seco subhúmedo, con límites que varían según el contexto regional y el periodo de referencia.

Causas y dinámica: la aridez resulta de bajas precipitaciones persistentes, altas temperaturas y evapotranspiración elevada, acentuadas por patrones atmosféricos y, en muchos casos, por variaciones estacionales. El cambio climático está influyendo en la distribución y la intensidad de la aridez, aumentando la vulnerabilidad en varias regiones y alterando las tendencias históricas.

Impactos y respuestas: la aridez afecta la disponibilidad de agua para consumo y riego, favorece la desertificación, degrada suelos y ejerce presión sobre la biodiversidad. Las estrategias de gestión incluyen eficiencia hídrica, riego por goteo, prácticas de manejo sostenible de suelos y políticas de adaptación para reducir la vulnerabilidad de comunidades y ecosistemas.