Repugnancia

Repugnancia es una emoción y una actitud de rechazo intenso hacia algo que se percibe como desagradable, contaminante o inmoral. Se manifiesta como un disgusto profundo, a menudo acompañado por la necesidad de evitar o distanciarse de lo que provoca esa reacción.

Etimológicamente, la palabra proviene del latín repugnantia, de repugnare “oponerse”. En español se usa tanto para describir reacciones físicas (un olor desagradable, una idea repulsiva) como para expresar rechazo moral o ético ante conductas o situaciones consideradas inaceptables.

Psicológicamente, la repugnancia se relaciona con la emoción de disgusto y la aversión. Forma parte de la respuesta evolutiva que ayuda a evitar sustancias o conductas potencialmente dañinas. Sus manifestaciones pueden variar según la cultura, la educación y las experiencias personales, y a veces implica juicios morales fuertemente sentimentales.

En la cultura y el lenguaje, la repugnancia puede funcionar como fundamento de normas y tabúes. A veces se invoca para justificar reglas o acciones basadas en impresiones subjetivas; otras veces se debate su papel en dilemas éticos cuando la repulsión personal se impone a argumentos racionales.

Ejemplos comunes incluyen la repugnancia ante la descomposición de alimentos, ante ciertas prácticas o ante injusticias que provocan rechazo moral. En el discurso cotidiano, la palabra se emplea para distinguir entre un disgusto moderado y una repulsión más intensa.