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Morphología

La morfología, término derivado del griego morphe «forma» y logía «estudio», se aplica a dos grandes dominios: la biología y la lingüística. En biología, la morfología estudia la forma y la estructura de los organismos, incluyendo su aspecto externo, el tamaño, la simetría y la organización de tejidos y órganos. La morfología descriptiva documenta rasgos anatómicos; la morfología del desarrollo examina cómo cambia la forma durante el crecimiento (ontogenia) y, en el plano evolutivo, las relaciones entre formas (filogénesis). Conceptos clave son las estructuras homólogas, que señalan parentesco evolutivo, y las análogas, resultado de la adaptación convergente. La morfología utiliza métodos de observación, disección, histología e imágenes como la microscopía, la tomografía computarizada y la resonancia magnética. Aporta fundamentos a la taxonomía, la anatomía funcional y la biología evolutiva.

En lingüística, la morfología estudia cómo se forman las palabras a partir de unidades mínimas con significado,

En ambas disciplinas, la morfología ofrece un marco para comprender la forma, la función y la evolución

llamadas
morfemas.
Los
morfemas
pueden
ser
libres
(que
pueden
funcionar
como
palabras)
o
ligados
(que
deben
unirse
a
otros
elementos).
Entre
los
procesos
morfológicos
figuran
la
derivación
y
la
flexión,
así
como
la
composición,
la
reduplicación
y,
en
algunos
casos,
la
variación
vocálica
(ablaut).
Las
lenguas
se
clasifican
tipológicamente
según
su
morfología:
aislante,
aglutinante,
fusional
y
polisintética.
La
morfología
se
conecta
con
la
fonología
y
la
sintaxis
y
es
central
en
campos
como
la
lingüística
histórica,
la
lexicografía
y
el
procesamiento
del
lenguaje
natural.
de
los
sistemas
biológicos
y
lingüísticos.