Desestimadas

Desestimadas es la forma femenina plural del participio desestimado del verbo desestimar. En uso jurídico y administrativo, se emplea para describir pretensiones, demandas, recursos u órdenes que han sido rechazadas o descartadas por una autoridad competente. La expresión suele aparecer acompañando el sustantivo al que se refiere, por ejemplo: “las demandas desestimadas” o “las sentencias desestimadas”.

Etimología y manejo del término. Desestimar proviene del prefijo des- y del verbo estimar, entendido aquí en el sentido de considerar válida o procedente una pretensión. Por ello, desestimar equivale a no otorgar reducción, reconocimiento o continuación a la solicitud presentada. El participio desestimado se usa para calificar aquello que ya ha sido objeto de ese rechazo.

Uso y contextos. Aunque se emplea principalmente en contextos judiciales, también aparece en procedimientos administrativos y en informes legales. Las desestimaciones pueden referirse a demandas civiles, recursos ante autoridades, o reclamaciones administrativas. Las razones pueden incluir falta de mérito, prescripción, falta de legitimación, carencia de prueba o falta de competencia técnica o jurisdiccional.

Implicaciones y recursos. Una desestimación implica, en general, el cierre de la pretensión solicitada en esa instancia. En muchos sistemas se admiten recursos o revisiones ante tribunales superiores u otros mecanismos procesales, dependiendo de la normativa aplicable. No conlleva, por sí misma, una declaración sobre culpa o responsabilidad de las partes.

Notas. El término contrasta con estimaciones positivas o con textos que hablan de “demandas desestimadas” frente a “demandas aceptadas”; también es distinto de terminar un procedimiento por archivo o desistimiento, que tienen matices procedimentales diferentes.