Cesárea

Una cesárea, o cesárea obstétrica, es un procedimiento quirúrgico para entregar a un bebé a través de una incisión en la pared abdominal y en el útero. La incisión en el útero suele ser horizontal, en el bajo segmento (incisión de Pfannenstiel); en circunstancias específicas puede ser vertical. Se realiza cuando el parto vaginal no es seguro o no es posible.

Se lleva a cabo en situaciones emergentes o planificadas. Las indicaciones suelen incluir sufrimiento fetal, complicaciones placentarias como placenta previa o desprendimiento de placenta, malpresentación del feto (por ejemplo, parto en posición de nalgas), antecedentes de cesárea o cirugía uterina, arresto del progreso del trabajo de parto, o ciertas condiciones maternas que hacen inseguro el parto por vía vaginal (p. ej., hipertensión severa, infección, o enfermedades que requieren intervención rápida).

El parto por cesárea se realiza con anestesia regional (espinal o epidural) o, en casos específicos, anestesia general. Tras la incisión de la piel y del abdomen, se abre el útero, se entrega al bebé, se corta el cordón umbilical, se retira la placenta y se cierran las capas de la pared abdominal y del útero. El procedimiento suele durar menos de una hora.

La recuperación suele ser más lenta que en el parto vaginal, con hospitalización de varios días, dolor y limitaciones para la actividad física y la lactancia inicial. Entre las posibles complicaciones se incluyen infección, hemorragia, lesión en la vejiga, complicaciones anestésicas y tromboembolismo. En embarazos posteriores, una cesárea previa aumenta el riesgo de placenta accreta y de ruptura uterina.

Las cesáreas pueden ser necesarias por motivos médicos o elegidas por la familia. En algunos casos, se considera la posibilidad de intento de parto vaginal tras cesárea (VBAC) o un ensayo de parto tras cesárea (TOLAC) cuando es seguro.