Afilando

Afilando es el acto de convertir un filo desafilado en un filo afilado en herramientas de corte, como cuchillos, tijeras o formones. Consiste en eliminar material superficial para crear un borde más fino y recto. La eficacia del afilado depende del ángulo del filo, del tipo de abrasivo y de la técnica empleada. Un filo bien mantenido facilita el corte y reduce el esfuerzo necesario.

Los métodos comunes incluyen el uso de piedras de afilar, ya sean de agua o de aceite, que permiten avanzar a través de varios granos para reparar y pulir el borde. También se emplea un afilador de acero (honing steel) para realinear el filo entre afilados, o lijas y herramientas eléctricas para trabajos más rápidos. La elección del método depende del tipo de herramienta y del estado del borde; para cuchillos se suele iniciar con un grano medio y terminar con uno fino.

Una técnica adecuada implica mantener un ángulo estable, realizar movimientos uniformes y comprobar el filo frecuentemente. Tras el afilado, se limpia la hoja y se seca para evitar la oxidación. Un filo demasiado agresivo o mal sostenido puede dañar el borde o la herramienta; por ello es recomendable practicar con herramientas menos valiosas y seguir las indicaciones del fabricante. La palabra "afilando" describe la acción continua de mejorar un filo, mientras que "afilado" es el resultado.