tractografia

La tractografía es una técnica de neuroimagen que permite inferir la arquitectura de las vías de sustancia blanca del cerebro a partir de la difusión de moléculas de agua observada mediante resonancia magnética. Al analizar cómo se difunde el agua a través de la sustancia blanca, la tractografía reconstruye haces de fibras que se suponen siguen las rutas axonales uniéndose en distintas regiones. Aunque útil, la tractografía no demuestra conexiones sinápticas directas; solo propone trayectorias plausibles de conectividad estructural entre regiones cerebrales.

Las técnicas de modelado de difusión más comunes incluyen la difusión tensorial (DTI), que asume una única dirección dominante por voxel, y métodos avanzados como HARDI, Q-ball o modelos de difusión con múltiples fibras por voxel. Con algoritmos determinísticos se siguen las direcciones principales para trazar haces contínuos, mientras que los métodos probabilísticos estiman la distribución de posibles trayectorias, lo que puede ayudar a modelar rutas complejas en regiones de entrecruzamiento de fibras.

Un flujo típico de tractografía incluye adquisición de RM de difusión, preprocesamiento (corrección de distorsiones y movimiento), ajuste del modelo de difusión, y ejecución del rastreo con semillas o regiones de interés. Después se segmentan haces relevantes y se analizan propiedades como la conectividad entre regiones o la integridad de las vías mediante métricas como la anisotropía fraccional o la diffusividad.

Entre sus limitaciones figuran la imprecisión en zonas de fibras cruzadas y la posibilidad de falsos positivos o negativos; la dirección de las fibras puede inferirse erróneamente y la señal puede verse afectada por edema, tumor o artefactos. Por ello, la tractografía debe interpretarse como una aproximación de la conectividad estructural, no como evidencia de sinapsis funcionales.

Aplicaciones destacan en la cartografía de vías motoras y de lenguaje, la planificación quirúrgica para evitar daño en tumores o epilepsias, y en investigaciones de conectómica, desarrollo y enfermedades neurodegenerativas. Su uso clínico exige validación y correlación con otros métodos.