progresismo

Progresismo es una corriente política y social que enfatiza la adopción de reformas graduales para avanzar la justicia social, el fortalecimiento de la democracia y el desarrollo sostenible, sin recurrir a cambios revolucionarios. Se centra en ampliar derechos y bienes públicos mediante políticas, instituciones y participación cívica.

Uso y alcance: el término se utiliza principalmente en contextos hispanohablantes para describir corrientes reformistas que pueden situarse entre la socialdemocracia y el liberalismo social, con una ubicación orientada a la centro-izquierda. En América Latina, el progresismo se ha asociado con gobiernos y movimientos que promueven la anticorrupción, la inclusión social, los derechos civiles y un papel activo del Estado en la economía, la educación y la salud. No existe una plataforma única; las agendas varían según país y periodo.

Ejes y políticas: entre rasgos comunes se encuentran la mezcla de economía de mercado con regulación y protección social, la expansión de derechos laborales, la igualdad de género, la educación y la salud públicas, y la protección ambiental. También suele incluir reformas institucionales para mejorar la gobernanza, la transparencia y la participación ciudadana, con énfasis en indicadores de desarrollo humano.

Críticas y desafíos: se la atribuye a veces una ambigüedad doctrinal o dependencia de coaliciones frágiles. Otros cuestionamientos señalan riesgos de expansión estatal excesiva, soluciones de corto plazo o desequilibrios entre crecimiento económico y redistribución.