megacariocitos

Los megacariocitos son células grandes de la médula ósea responsables de la producción de plaquetas, esenciales para la hemostasia. A diferencia de la mayoría de las células, presentan citoplasma abundante y un núcleo fuertemente poliploide o lobulado. Se originan a partir de progenitores eritroide–megacariocíticos dentro de la vía hematopoyética y se localizan principalmente en la médula ósea, junto a los sinusoides vasculares.

Desarrollo y morfología: tras la estimulación por la trombopoyetina (TPO) y otros reguladores, las células madre hematopoyéticas difieren en megacariocitos mediante endomitosis, un proceso de duplicación de ADN sin división celular que eleva su ploidía a 8–64N. El núcleo se vuelve lobulado y el citoplasma genera extensiones llamadas canales de demarcación, que delimitan unidades que pueden convertirse en plaquetas.

Función y liberación: los megacariocitos extienden prolongaciones citoplasmáticas hacia los sinusoides y, a través de los canales de demarcación, fragmentan citoplasma para liberar plaquetas en la circulación. Las plaquetas circulan alrededor de 7–10 días; la producción de nuevas plaquetas está regulada principalmente por la TPO, cuyo receptor es el c-Mpl.

Relevancia clínica: alteraciones en la cantidad o función de los megacariocitos se asocian a trastornos plaquetarios y neoplasias mieloproliferativas. En trombocitemia esencial, pueden observarse megacariocitos grandes o displásicos; en mielofibrosis, pueden aparecer megacariocitos anómalos y fibrosis estromal. En el diagnóstico, la citometría de flujo puede detectar marcadores como CD41 (GPIIb) y CD42b (GPIbα).

Origen y desarrollo: los megacariocitos se originan a partir de células madre hematopoyéticas y, en el desarrollo fetal, pueden localizarse en el hígado y bazo; en la vida adulta, la médula ósea es la principal fuente de megacariocitos y de la producción de plaquetas.