incobrabilidad

La incobrabilidad es la condición en la que una deuda por cobrar se considera no recuperable. Suele afectar a cuentas por cobrar comerciales cuando el deudor no tiene capacidad de pago, ha entrado en insolvencia, o se identifica que, pese a esfuerzos de cobranza, la expectativa de cobro es nula o mínima. La incobrabilidad es un componente habitual de la gestión de crédito y de la valoración de activos.

En contabilidad, la incobrabilidad se refleja mediante dos enfoques: el método de cancelación directa de la deuda o el método de provisión para cuentas incobrables (provisión por pérdidas). Bajo normas modernas (IFRS 9 y muchos marcos GAAP), se prefiere estimar pérdidas probables mediante una provisión o la evaluación de pérdidas esperadas; cuando se determina que una deuda es incobrable, se carga el importe a pérdidas y se reduce la cuenta de deudores, o se liquida contra la provisión existente. La finalidad es que la presentación de activos refleje una estimación razonable de lo que se espera cobrar.

Los criterios para reconocer la incobrabilidad suelen incluir vencimiento prolongado sin pago, evidencia de insolvencia del deudor, quiebras, o fallos de cobranza documentados. Las organizaciones suelen revisar periódicamente las cuentas por cobrar para decidir cuándo aplicar la cancelación directa o la provisión y para ajustar sus políticas de crédito.

La incobrabilidad reduce el valor de los activos, afecta la rentabilidad y puede influir en la liquidez y en los indicadores financieros. También tiene implicaciones fiscales distintas según la jurisdicción, ya que algunas normas permiten deducir como gasto las deudas incobrables o las provisiones, mientras otras limitan dichas deducciones.