inactivadas

Inactivadas es la forma femenina plural del participio de inactivar y, en biología y medicina, se utiliza para describir sustancias o agentes que han sido desactivados para impedir su capacidad de replicación o de causar enfermedad. En particular, se aplica a vacunas y a patógenos o componentes de los que se ha eliminado la capacidad de replicarse, manteniendo a la vez varios antígenos que estimulan la respuesta inmune.

Las vacunas inactivadas se elaboran mediante métodos que inactivan el patógeno entero o sus componentes, sin destruir su estructura antigénica. Los métodos habituales incluyen calor, irradiación o reactivos químicos (por ejemplo, formaldehído o beta-propiolactona). Existen varios tipos: virus inactivados enteros, vacunas de subunidades o toxoides, y vacunas conjugadas que emplean componentes inactivados.

Ventajas y limitaciones: frente a las vacunas vivas atenuadas, las inactivadas no pueden replicar ni revertirse a formas patógenas, lo que las hace más seguras para personas inmunocomprometidas. Sin embargo, suelen inducir respuestas inmunes más modestas y requieren dosis múltiples y, a veces, adyuvantes. Su protección puede ser más limitada en duración y pueden necesitar refuerzos para mantener la inmunidad.

Ejemplos: la vacuna inactivada contra la polio (IPV), la vacuna contra la hepatitis A, varias vacunas antigripales estacionales y vacunas contra la rabia. En contextos de seguridad biológica, el término describe también agentes desactivados para uso educativo o de diagnóstico.