hiperpigmentación

La hiperpigmentación es un aumento de la pigmentación de la piel causado por una mayor producción o distribución de melanina. Se manifiesta como manchas o parches más oscuros que el tono circundante y puede afectar a cualquier área de la piel, siendo más frecuente en la cara, el escote y las manos.

Puede clasificarse según su causa y patrón en hiperpigmentación posinflamatoria (PIH), melasma, lentigos solares o seniles y hiperpigmentación inducida por fármacos. Otros fenómenos incluyen la hiperplasia pigmentaria ligada a la edad y la hiperpigmentación folicular. Las causas incluyen exposición solar crónica, inflamación o daño cutáneo, cambios hormonales, envejecimiento, ciertos fármacos y enfermedades sistémicas.

Los síntomas son manchas marrones o negras, planas y bien definidas, que no suelen causar molestias, pero pueden generar preocupación estética. El diagnóstico se realiza por evaluación clínica; en casos, se puede emplear lámpara de Wood, dermatoscopia o, si hay dudas, una biopsia para descartar otras entidades.

El tratamiento depende de la causa y la severidad. Se recomienda protección solar diaria y evitar desencadenantes. Las opciones farmacológicas incluyen despigmentantes tópicos como hidroquinona, ácido azelaico, retinoides, ácido glicólico y vitamina C; algunos pueden usarse junto con exfoliación suave o peelings. En casos resistentes, pueden considerarse láseres de pigmentación o luz pulsada intensa, con cuidado para no empeorar la hiperpigmentación posinflamatoria. El objetivo es atenuar las manchas y evitar recaídas.

El pronóstico varía; algunas manchas mejoran con tratamiento y protección solar, mientras otras pueden persistir durante años. La adherencia al cuidado de la piel y la exposición solar son decisivas para el resultado a largo plazo.