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amianto

El amianto, conocido también como asbestos, es un mineral silicato fibroso cuyo uso histórico se fundamentó en su resistencia al calor, a productos químicos y a la abrasión. Sus fibras pueden desprenderse al aire cuando los materiales que las contienen se dañan o deterioran, lo que facilita la inhalación y la exposición ocupacional o ambiental.

Existen dos grupos de fibras de amianto: crisotilo (amianto blanco), perteneciente al grupo serpentino, cuyas fibras

La inhalación de fibras de amianto puede provocar enfermedades graves con latencia de décadas: asbestosis (fibrosis

Regulación y manejo: en muchos países se prohíbe o restringe el uso del amianto, y se exige

Situación actual: aún persiste en infraestructuras antiguas y en productos fabricados en décadas pasadas en algunas

son
más
flexibles;
y
anfíboles,
que
incluyen
amosita
(amianto
marrón),
crocidolita
(amianto
azul),
tremolita
y
actinolita.
Los
anfíboles
suelen
ser
más
rígidos
y
presentan
una
mayor
persistencia
en
los
pulmones,
lo
que
se
asocia
a
riesgos
de
salud
más
graves
en
comparación
con
el
crisotilo.
pulmonar),
placas
pleurales,
mesotelioma
y
cáncer
de
pulmón.
El
riesgo
aumenta
con
la
intensidad
y
duración
de
la
exposición.
Los
trabajadores
de
la
construcción,
la
industria
naval,
la
minería
y
el
mantenimiento
de
edificios
antiguos
están
entre
los
grupos
de
mayor
riesgo.
manejo
profesional
para
su
retirada
y
eliminación.
La
retirada
debe
realizarse
con
contención,
ventilación
localizada,
aspiración
de
polvo
y
equipo
de
protección
personal,
y
los
residuos
deben
disponer
en
instalaciones
autorizadas.
Se
promueven
prácticas
de
desamiantado
seguro
para
reducir
la
exposición.
regiones.
La
persistencia
de
fibras
en
el
ambiente
y
el
largo
periodo
de
latencia
continúan
representando
un
riesgo,
pese
a
mayores
regulaciones
y
programas
de
desamiantado.