Semirígida

Semirígida es un término utilizado para describir materiales, estructuras o productos que presentan un grado de rigidez intermedio entre los plásticos o materiales flexibles y los rígidos. En general, permiten conservar su forma ante cargas moderadas pero pueden flexionarse o comprimirse ligeramente sin sufrir deformaciones permanentes.

Las propiedades semirígidas incluyen una resistencia adecuada a la deformación, buena retención de forma y capacidad de absorción de impactos mayor que los plásticos rígidos, a la vez que ofrecen menor peso y mayor versatilidad en procesos de fabricación. Su rigidez se suele cuantificar mediante módulos de elasticidad y límites de flexión, que quedan entre materiales flexibles y rígidos.

Entre los materiales semirígidos se encuentran ciertos plásticos termoplásticos formulados con rigidez moderada (por ejemplo algunas grades de polipropileno, PETG o PVC), espumas rígidas y laminados, y compuestos ligeros. También existen sustratos combinados, como membranas o tableros con núcleo más blando entre caras rígidas.

Usos habituales incluyen envases semirrígidos para cosméticos, alimentos o electrónica, componentes interiores de automóviles, carcasas de dispositivos electrónicos, paneles y accesorios decorativos, y productos médicos o de protección que requieren forma estable sin ser completamente rígidos.

Los procesos de fabricación típicos son el termoformado de láminas semirrígidas, la inyección de plásticos con rigidez intermedia, la conformación por soplado en ciertos materiales y la fabricación de composites laminados.

Ventajas de la semirígididad son la protección y retención de forma con menor peso y coste en comparación con productos completamente rígidos, a la vez que ofrecen cierto grado de absorción de impactos. Sus limitaciones incluyen menor resistencia a deformaciones severas o cargas repetidas y posibles limitaciones de durabilidad en condiciones extremas.