Bronce

Bronce es una aleación de cobre y estaño, a veces con otros elementos añadidos para mejorar propiedades específicas. El contenido de estaño típico varía entre 10% y 20%, con proporciones comunes alrededor del 12% al 12,5%. También pueden incluir fósforo, manganeso, aluminio o silicio para influir en la resistencia, la dureza y la maquinabilidad. En general, el bronce es más duro y resistente al desgaste que el cobre puro y tiende a formar una pátina protectora con el tiempo.

La invención de la aleación bronce se asocia con la Edad del Bronce, que comenzó hacia el 3300 a. C. en varias regiones. Sus usos tempranos incluyeron herramientas, armas y ornamentos; la disponibilidad de cobre y estaño permitió objetos más duraderos que los de cobre puro. Con el tiempo se desarrollaron variantes para usos específicos, como el bronce fosforado o el bronce de aluminio, que ofrecen mayor dureza, elasticidad o resistencia a la corrosión.

Entre sus propiedades destacan la mayor dureza y resistencia al desgaste, buena maleabilidad para su forjado y una conductividad eléctrica menor que la del cobre. Su color varía de tono dorado a marrón rojizo, y la superficie desarrolla una pátina a medida que envejece.

Las aplicaciones del bronce son amplias: esculturas y estatuas, campanas, ornamentos arquitectónicos, monedas antiguas y cojinetes o engranajes en maquinaria. En conservación, los objetos de bronce requieren control ambiental para evitar la corrosión, y en ocasiones tratamiento de desalinización o repatina.