Apoptózis

La apoptosis, o muerte celular programada, es un proceso de muerte celular controlada que permite eliminar células de forma ordenada sin provocar inflamación significativa. Es fundamental para el desarrollo, la homeostasis y la defensa frente a células dañadas. Durante la apoptosis la célula se encoge, el ADN se fragmenta y la membrana se remodela, formando cuerpos apoptóticos que son fagocitados por células vecinas o macrófagos.

Existen dos vías principales: la intrínseca o mitocondrial y la extrínseca o dependiente de receptores de muerte. En la vía intrínseca, la permeabilización de la membrana mitocondrial provoca la liberación de citocromo c y la formación del apoptosoma (citocromo c, Apaf-1 y caspasa-9), que activa las caspases-3 y -7. Esta vía está regulada por la familia BCL-2, con promotoras como BAX y BAK y antiapoptóticas como BCL-2, BCL-XL y MCL-1. El estrés celular y la acción de p53 pueden favorecer la vía intrínseca. En la vía extrínseca, la unión de ligandos como FAS (CD95) o TNF a sus receptores desencadena la formación del DISC, activando caspasa-8, que a su vez activa las caspases ejecutoras; BID puede integrarse para amplificar la señal hacia la vía mitocondrial.

Una vez activadas las caspasas ejecutoras, la célula se desmantela de forma ordenada, con condensación cromatínica, fragmentación del ADN y formación de cuerpos apoptóticos, que son eliminados rápidamente por fagocitos. La apoptosis es fundamental para el desarrollo y la prevención de enfermedades tumorales; su disfunción está asociada a cáncer y neurodegeneración. Las terapias anticancerígenas a menudo buscan activar estas vías o desinhibirlas.