oftalmoscopio

Un oftalmoscopio es un instrumento óptico utilizado para examinar el interior del ojo, especialmente la retina, la cabeza del nervio óptico y los vasos sanguíneos retinianos. Es una herramienta fundamental en oftalmología y también se emplea en medicina general y optometría para evaluar la salud ocular. En muchos casos se prefiere dilatar la pupila para mejorar la visibilidad, aunque puede usarse con pupilas no dilatadas.

El desarrollo del oftalmoscopio se atribuye a Hermann von Helmholtz en el siglo XIX. Existen dos grandes formas: el oftalmoscopio directo, que ilumina y permite observar una imagen upright de una porción del fondo del ojo, y el oftalmoscopio indirecto, que, mediante un sistema de óptica binocular, ofrece un campo de visión más amplio y una imagen invertida del fondo ocular.

Oftalmoscopio directo: es de mano y presenta un único ocular. Proporciona una visión rápida y directa de la papila y de la retina cercana al disco, adecuada para exploraciones breves y para pacientes cooperativos. Su uso puede verse limitado por pupilas pequeñas, opacidades de los medios o cataratas, y por la necesidad de una iluminación precisa.

Oftalmoscopia indirecta: se utiliza con un lente de condensación y, a veces, un sistema de cabeza que sostiene el conjunto óptico. Ofrece un campo de visión mucho mayor y una imagen invertida; es particularmente útil para la exploración de la periferia retiniana y la detección de desprendimientos de retina, cambios en la retina y patologías periféricas.

La práctica actual suele combinar ambas modalidades según la situación clínica. Las versiones modernas incluyen oftalmoscopios digitales y dispositivos portátiles que permiten fotografiar o grabar imágenes del fondo de ojo, facilitando la docencia y la telemedicina.