neoclásica

La neoclásica es una corriente estética y cultural que se desarrolló principalmente a finales del siglo XVIII y principios del XIX en Europa y se extendió a las Américas. Su nombre alude a la admiración por la Antigüedad griega y romana, y a una estética basada en la claridad, la simplicidad y las proporciones ordenadas, en contraposición al exceso emocional del Barroco.

Se manifestó en arquitectura, escultura y pintura, así como en literatura, música y artes decorativas. En la arquitectura, la neoclásica favorece fachadas simétricas, columnas de órdenes clásicos, frontones y una ornamentación sobria. En la escultura, se retomaron formas idealizadas y una anatomía serena. En la pintura, predominaron composiciones sobrias, delineadas y de tema histórico o moralizante. En literatura, se valoraron modelos grecorromanos, la claridad de expresión y la imitación de la prosa clásica. En música, la simplicidad formal, la claridad melódica y la estructura de las formas sonata y sinfónica fueron relevantes.

Historia y alcance: nace en el marco de la Ilustración y de los descubrimientos arqueológicos de Pompeya y Herculano; se institucionalizó mediante academias y encargos reales. Se difundió desde Francia e Italia hacia España, Portugal, Rusia y las Américas, dejando huella en ciudades como París, Madrid y Buenos Aires.

Figuras destacadas incluyen a Jacques-Germain Soufflot (arquitectura), Antonio Canova y Bertel Thorvaldsen (escultura), Jacques-Louis David (pintura) y a compositores como Joseph Haydn, Wolfgang Amadeus Mozart y Ludwig van Beethoven (música). Su legado perdura como un referente de orden, proporción y moderación, y ejerció influencia en movimientos posteriores y en la educación artística.