igualitarismo

El igualitarismo es una corriente de pensamiento que sostiene que las personas deben ser tratadas con igual moral y, en distintos grados, con iguales condiciones políticas y sociales. En la tradición filosófica, se enfatiza que la dignidad humana, la creencia de que todas las personas merecen igual respeto, impone un mandato de igualdad de consideración en las instituciones. Existen variantes: el igualitarismo de oportunidades, que busca asegurar que las personas puedan desarrollar sus talentos por igual, y el igualitarismo de resultados, que procura reducir o eliminar las diferencias sustanciales en las condiciones de vida gracias a la redistribución o a políticas de compensación.

Sus raíces pueden rastrearse en principios religiosos y morales de igualdad ante la ley, y se consolidó en la filosofía política durante la Ilustración y a lo largo de las reformas sociales modernas. En la filosofía contemporánea, figuras como John Rawls defendieron una justicia que favorece a los menos aventajados mediante principios de igualdad de oportunidades y, a través de la idea de las ventajas para los menos favorecidos; voces como Nozick cuestionaron límites estatales, dando lugar a debates sobre el papel del estado.

Las críticas señalan que el igualitarismo puede socavar incentivos, libertad individual o meritocracia. Defensores sostienen que la igualdad sustantiva es una condición para la libertad real y la cohesión social.

Entre las aplicaciones se encuentran políticas públicas de educación universal, salud, seguridad social, impuestos progresivos y medidas para combatir la discriminación. En suma, el igualitarismo es una orientación que sitúa la igualdad como valor central, con distintas interpretaciones y herramientas para su realización.