encías

Las encías, o gingiva, son el tejido blando que rodea los dientes y recubre la cresta de la mucosa oral. Su función principal es proteger las estructuras subyacentes, formar una barrera contra las bacterias y sellar el surco gingival que rodea cada diente.

La encía se divide en encía libre o marginal y encía adherida. La encía marginal rodea el cuello del diente y forma el surco gingival, mientras que la encía adherida se fija al diente, al cemento radicular y al hueso alveolar, proporcionando soporte y estabilidad a la dentición. Su coloración varía entre rosada y, en personas con piel más oscura, tonos marrones o rojizos; puede presentar una textura lisa o ligeramente rugosa.

La salud de las encías depende de la higiene bucal y de la eliminación de la placa bacteriana. La gingivitis es la inflamación reversible de las encías, caracterizada por enrojecimiento, hinchazón y sangrado al cepillarse o al sonarse. Si no se trata, puede progresar a periodontitis, una enfermedad en la que la inflamación afecta al ligamento periodontal y al hueso que sostiene los dientes, provocando cierta recesión de las encías y, en casos avanzados, pérdida dental.

Factores de riesgo incluyen una higiene insuficiente, tabaquismo, diabetes, ciertos fármacos y antecedentes genéticos. La prevención se basa en una limpieza bucal diaria (cepillado y uso de hilo dental), enjuagues bucales con sustancias antiinflamatorias o antibacterianas y revisiones periódicas con el dentista. El tratamiento de la enfermedad de las encías puede incluir limpieza profesional profunda (raspado y alisado radicular), antibióticos en algunos casos, y, en situaciones avanzadas, cirugía periodontal como injertos de encía o procedimientos regenerativos para recuperar tejido y hueso.

Con una buena salud de las encías se mantiene la estabilidad dental y se reducen riesgos para la salud general, ya que las enfermedades periodontales se asocian con otras condiciones médicas.