devascularización

La devascularización se refiere a la reducción o interrupción de la vascularización de un tejido, órgano o lesión. El objetivo es limitar el sangrado, disminuir la vascularidad de una lesión para facilitar su tratamiento o preparar una resección quirúrgica. Puede lograrse mediante técnicas invasivas quirúrgicas o por intervenciones radiológicas que ocluyen los vasos sanguíneos.

Los métodos comunes incluyen la ligadura o clips de arterias y venas, la electrocoagulación o láser para coagular los vasos, y procedimientos endovasculares como la embolización arterial selectiva, donde se introduce material embolizante para bloquear el flujo al área diana. En algunos contextos, el control temporal del flujo sanguíneo, como la maniobra de Pringle durante la cirugía hepática, se utiliza para reducir el suministro de sangre a una región.

Las indicaciones varían según la especialidad. Incluyen el control de hemorragias nasales graves o recidivantes mediante devascularización de la mucosa nasal o de los vasos que la irrigan; la devascularización preoperatoria de tumores hipervascularizados (p. ej., angiofibroma nasofaríngeo juvenil o ciertos tumores renales y hepáticos) para reducir la pérdida sanguínea intraoperatoria; el tratamiento de malformaciones vasculares; y usos ginecológicos como la embolización de la arteria uterina para fibromas o menorragia.

Riesgos y limitaciones incluyen isquemia no deseada de tejidos adyacentes, necrosis tisular, infección, formación de vasos colaterales y la devascularización incompleta con posible recurrencia de la hemorragia. La elección de la técnica depende del tejido objetivo, de los vasos implicados y de factores del paciente.

La devascularización es parte de estrategias más amplias en hemostasia y cirugía oncológica, y se relaciona con, pero es distinta de, la embolización y la ligadura quirúrgica.