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broncodilatación

La broncodilatación, o dilatación de las vías respiratorias, es el ensanchamiento de los bronquios y bronquiolos provocado por el relajamiento del músculo liso bronquial. Esto reduce la resistencia al flujo de aire y facilita la ventilación, mejorando la entrada de oxígeno y la expulsión de dióxido de carbono. Puede ser un proceso fisiológico, como durante el ejercicio o ante la activación del sistema nervioso simpático, o inducirse farmacológicamente para tratar afecciones respiratorias. Su consecuencia opuesta es la broncoconstricción, que estrecha las vías aéreas.

Los mecanismos principales implican el sistema nervioso autónomo: la estimulación beta-2 adrenérgica favorece la relajación del

En la práctica clínica, la broncodilatación se busca mediante fármacos inhalados que actúan como β2-agonistas (por

músculo
liso
bronquial
al
aumentar
el
AMPc,
mientras
que
la
actividad
parasimpática
y
mediadores
inflamatorios
pueden
inducir
broncoconstricción.
Otros
mediadores
inflamatorios
y
vasculares
también
influyen
en
el
tono
de
las
vías
aéreas,
modificando
su
diámetro.
ejemplo,
salbutamol
o
terbutalina
de
acción
corta;
formoterol
o
salmeterol
de
acción
prolongada),
anticolinérgicos
como
la
ipratropio
y
tiotropio,
y,
en
ciertos
casos,
teofilina
o
inhibidores
de
PDE.
Estos
medicamentos
se
emplean
en
asma,
enfermedad
pulmonar
obstructiva
crónica
(EPOC)
y
otras
afecciones
para
aliviar
la
disnea
y
mejorar
la
función
pulmonar.
La
respuesta
al
broncodilatador
se
evalúa
con
pruebas
de
función
pulmonar,
como
la
espirometría,
observando
un
incremento
en
el
FEV1
tras
la
administración
del
fármaco.