bañera

Una bañera es un receptáculo diseñado para contener agua y permitir que una persona se lave y se relaje. Es una pieza instalada en un cuarto de baño, que puede ser independiente o empotrada, y suele formar parte de un conjunto de grifería y desagüe. Su uso principal es la higiene personal, aunque también se utiliza para la relajación y, en algunos casos, la hidroterapia.

En español, bañera es el término más habitual para referirse a este mueble de baño; en algunas regiones también se emplea la palabra tina. La distinción entre términos puede variar según el país y el contexto.

Construcción y materiales: las bañeras pueden fabricarse en esmalte de hierro o acero, acrílico, fibra de vidrio, piedra natural o composites. En cuanto a la forma, existen modelos rectangulares, ovalados, circulares y de esquina, así como versiones con fondo liso o con curvas. El tamaño típico suele medir entre 150 y 170 centímetros de longitud, y su capacidad de agua oscila entre 150 y 250 litros.

Tipo y características: las bañeras pueden ser empotradas (de pared) o independientes. Algunas están diseñadas para la inmersión total, mientras que otras incorporan jets de hidromasaje o funciones de spa. También hay modelos con mejoras de accesibilidad, como bordes más bajos o entradas más fáciles para personas con movilidad reducida.

Instalación y mantenimiento: se conectan a las tuberías de agua fría y caliente y a un desagüe, con un desbordamiento para evitar derrames. Requieren un sellado adecuado y revisiones periódicas de fugas. La limpieza se realiza con productos suaves para preservar el acabado.

Historia y uso: desde civilizaciones antiguas ya existían bañeras de cerámica o piedra; con la plomería moderna se popularizaron y diversificaron en materiales como el acrílico, adaptándose a distintos estilos de baño y necesidades.