Sólidos

Los sólidos son uno de los estados fundamentales de la materia, caracterizados por tener forma y volumen definidos a condiciones comunes de temperatura y presión. Su estructura atómica o molecular presenta un orden que puede ser periódico, en los sólidos cristalinos, o desordenado, en los amorfos. Esta organización determina muchas de sus propiedades físicas y mecánicas.

Los sólidos cristalinos se clasifican según la naturaleza de sus enlaces en iónicos, covalentes, metálicos y moleculares. En los iónicos, los iones se disponen en redes que confieren alta estabilidad y, a menudo, alta dureza. En los covalentes, los átomos comparten enlaces que producen estructuras rígidas, como en el diamante. Los metálicos presentan una red de electrones deslocalizados que confiere conductividad eléctrica y ductilidad. Los sólidos moleculares están formados por moléculas independientes enlazadas débilmente entre sí, con propiedades distintas y, en general, menor dureza. Los sólidos amorfos, como el vidrio, carecen de orden a largo alcance, lo que se acompaña de propiedades más isotrópicas y transiciones de fase menos definidas.

Entre las propiedades destacadas se encuentran la densidad, el punto de fusión, la dureza, la elasticidad y la conductividad eléctrica. Los enlaces y la estructura determinan la rigidez, la tenacidad y la anisotropía, especialmente en cristales. Defectos estructurales como vacantes, intersticiales y dislocaciones influyen en la deformación y la resistencia.

En términos de fases, los sólidos pueden fundirse a un punto de fusión definido o pasar a estados amorfos por vitrificación. Su estudio abarca física del estado sólido y ciencia de materiales, con amplias aplicaciones en construcción, electrónica, óptica y energía.