Germinación

Germinación es el proceso mediante el cual una semilla despierta de la dormancia y da inicio al desarrollo de una plántula. En la mayoría de las semillas, la germinación culmina con la ruptura de la testa y la emergencia de la radícula, que se transforma en la raíz, seguida por el crecimiento de la plúmula o brote hacia la superficie.

Etapas principales: imbibición o absorción de agua, que rehidrata y activa el metabolismo; activación metabólica; y crecimiento del eje embrionario, con la radícula que se convierte en raíz y la plúmula en tallo. Durante la imbibición se reactivan enzimas y se movilizan nutrientes, y la respiración se intensifica conforme aumenta la demanda de energía.

Factores clave: disponibilidad de agua y oxígeno para la respiración, temperatura adecuada para la actividad enzimática y la tasa metabólica, y, en algunas especies, la necesidad de luz. La viabilidad de la semilla determina si la germinación puede ocurrir; la dormancia puede retrasarla y requiere condiciones específicas para superarse, como estratificación, escarificación o prehumedecimiento.

Diversidad de patrones: las plantas presentan modos de germinación que pueden ser epigeos o hipogeos, según si la plúmula emerge por encima del suelo o permanece debajo. La necesidad de luz para germinar varía entre especies, y suelen existir tratamientos para superar dormancias en semillas de interés agrícola o silvícola.

Importancia práctica: la germinación es una fase crítica en agricultura, horticultura y reforestación. Se evalúa su viabilidad mediante pruebas de germinación y se aplican pretratamientos para mejorar la tasa y la velocidad de emergencia de las plántulas.