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evaluabilidad

La evaluabilidad es la capacidad de un programa, política o intervención para ser evaluado de forma razonable y fiable. Se refiere a si se pueden definir de manera clara los objetivos y resultados esperados, si existe una teoría del cambio o modelo lógico que explique cómo las actividades producen efectos, y si hay disponibles datos, indicadores y recursos para medir esos efectos. Una evaluación bien planificada requiere que los objetivos sean específicos y medibles, que se identifiquen las preguntas de evaluación relevantes y que se acuerde con los actores involucrados qué se va a medir y cómo.

Sus componentes clave incluyen: claridad de objetivos y resultados; un marco teórico o teoría de la acción;

La evaluabilidad facilita la planificación de la evaluación, mejora la calidad de la evidencia y aumenta la

indicadores
adecuados
y
fuentes
de
datos;
un
diseño
temporal
y
de
implementación
que
permita
atribuir
cambios;
y
la
viabilidad
operativa
en
términos
de
costos,
acceso
a
información
y
aceptación
política.
En
la
práctica,
la
evaluabilidad
se
evalúa
antes
o
durante
el
diseño
de
una
evaluación
para
identificar
barreras
y
diseñar
ajustes
que
faciliten
la
recolección
de
evidencia.
probabilidad
de
que
los
resultados
sirvan
para
la
toma
de
decisiones.
No
debe
confundirse
con
la
evaluación
en
sí
misma:
una
intervención
puede
ser
evaluada
de
forma
rigurosa
solo
si
es
evaluable;
de
lo
contrario,
pueden
requerirse
cambios
en
el
diseño
o
en
la
gobernanza
del
programa.
Entre
desafíos
figuran
la
disponibilidad
de
datos,
la
complejidad
de
las
intervenciones
y
las
limitaciones
de
tiempo
y
recursos.