clítico

El clítico es un morfema fonológicamente débil que se comporta, en la estructura de una oración, como si fuera una palabra independiente en función gramatical, pero que no puede aparecer de forma autónoma con acento propio. Los clíticos suelen ser pronombres átonos u otros elementos funcionales que deben unirse a un host (generalmente un verbo) para formar una unidad prosódica. No pueden funcionar de modo aislado y su realización fonológica depende del huésped al que se anclan.

Existen dos grandes variantes de clíticos según su posición respecto al host: clíticos enclíticos, que se unen al final del verbo (por ejemplo, en español: dámelo, tráemelo), y clíticos proclíticos, que preceden al verbo (por ejemplo, no me lo digas). En muchos idiomas romance, los clíticos se expresan principalmente como pronombres objeto átonos (me, te, lo, la, nos, os, los, las) o como pronombres de complemento. También pueden incluir clíticos de determinante o de posesión en ciertos sistemas gramaticales.

Diferencias y funciones: a diferencia de afijos, los clíticos no forman parte de la palabra huésped desde la mirada morfológica, sino que se asocian sintáctica y prosódicamente al host. Su uso es clave para la concordancia verbal y para fenómenos como el clítico doble en algunas lenguas, donde se duplican objetos con clíticos de distinto tipo.

Ejemplos comunes incluyen el español dámelo, no me lo digas, y el italiano dammelo, donde varios clíticos se agrupan junto al verbo.