ayunos

El ayuno es la abstención voluntaria de la ingesta de alimentos durante un periodo determinado. Puede ser total (solo líquidos) o parcial (restricción calórica o de ciertos alimentos). A diferencia de la inanición, el ayuno se realiza de forma planificada y puede formar parte de prácticas religiosas, médicas o de salud.

Existen varios tipos. El ayuno intermitente incluye patrones como 16/8, 5:2 o ayunos en días alternos. Los ayunos prolongados pueden durar 24–72 horas o más y deben supervisarse en algunos casos. También se emplean ayunos de jugos o líquidos; el ayuno seco es menos común y controvertido. En contextos culturales, religiones como el Ramadán o Yom Kippur regulan periodos diarios de abstinencia.

Efectos y consideraciones. El ayuno puede provocar sed, hambre, irritabilidad o dolor de cabeza; en ayunos largos puede aparecer desequilibrio electrolítico, mareos o hipotensión. Quien toma medicación regular, como insulina, o quien tiene embarazo, lactancia, diabetes tipo 1, trastornos de la alimentación o enfermedades graves, debe consultar a un profesional de la salud antes de iniciarlo.

Beneficios y limitaciones. Algunas investigaciones asocian el ayuno intermitente con pérdida de peso, mejoras de la sensibilidad a la insulina y de ciertos marcadores metabólicos; sin embargo, la evidencia de beneficios a largo plazo es variable y no concluyente. La autofagia se ha estudiado especialmente en modelos animales; su relevancia clínica en humanos requiere más investigaciones.

Historia y uso actual. El ayuno tiene antecedentes antiguos en diversas culturas y se ha popularizado en la medicina y el fitness moderno como estrategia de manejo de peso y salud metabólica. No debe considerarse un sustituto de una dieta equilibrada ni de la actividad física; se recomienda asesoría profesional y supervisión para ayunos prolongados.