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Vascularización

La vascularización es el proceso de formación y mantenimiento de una red de vasos sanguíneos que suministran oxígeno y nutrientes a los tejidos y permiten la eliminación de desechos. En el desarrollo, se distinguen la vasculogénesis, la formación de vasos a partir de endotelio progenitor, y la angiogénesis, el crecimiento de nuevos vasos a partir de redes existentes. En la vida adulta, la vascularización se adapta mediante la arteriogénesis y la angiogénesis reactiva ante lesiones o crecimiento tisular.

La regulación implica señales proangiogénicas como VEGF, FGF y angiopoietinas, y señales inhibidoras; la hipoxia activa

Aplicaciones: en medicina regenerativa y trasplantes, la vascularización adecuada es crucial para la supervivencia de injertos.

HIF-1,
aumentando
VEGF.
Los
vasos
se
estabilizan
gracias
a
pericitos
y
células
musculares
lisas,
y
su
crecimiento
requiere
interacción
con
la
matriz
extracelular
y
procesos
inflamatorios.
En
patología,
la
vascularización
desregulada
puede
favorecer
el
crecimiento
tumoral,
la
retinopatía
diabética
o
la
cicatrización
anómala;
la
insuficiente
vascularización
provoca
isquemia.
En
ingeniería
de
tejidos
se
buscan
estrategias
para
favorecerla,
como
co-cultivos
con
células
endoteliales,
matrices
porosas
y
factores
angiogénicos.
La
evaluación
se
realiza
mediante
técnicas
de
imagen
y
análisis
histológico
de
densidad,
perfusión
y
maduración
de
los
vasos.