Autocrítica

Autocrática es un término que describe un sistema o estilo de poder en el que la autoridad suprema reside en una sola persona o en un pequeño grupo, y donde las limitaciones constitucionales y políticas al ejercicio del poder son mínimas o inexistentes. En una autocracia, las decisiones clave se toman de manera centralizada, sin necesidad de aprobación de cuerpos legislativos electos o de contrapesos institucionales significativos.

Principales rasgos incluyen la concentración del poder, el pluralismo político limitado o nulo, el control de las instituciones de seguridad y de los medios de comunicación, y la capacidad de gobernar por decreto. Las libertades civiles suelen estar restringidas y la oposición política puede ser suprimida o cooptada. Si bien pueden existir instituciones formales (con parlamento, tribunales, o un partido único), estas suelen funcionar como instrumentos para validar o dirigir la voluntad del autócrata.

Autocracia, dictadura, autoritarismo y totalitarismo se entrecruzan en la práctica; autocracia alude a la centralización extrema del poder, mientras que la dictadura se refiere a un dominio absoluto por un gobernante o grupo, y el autoritarismo describe un control político fuerte con limitaciones a la participación cívica. Un liderazgo autocrático también puede hallarse en entornos organizativos, en los que un directivo concentra la toma de decisiones y no admite consulta plural.

Históricamente, las autocracias han existido en monarquías absolutas, imperios y regímenes militares; en la era contemporánea, algunos gobiernos autoritarios se definen como autocráticos por la centralización del poder y la debilidad de los mecanismos de rendición de cuentas. El término se utiliza ampliamente en estudios de ciencia política, historia y sociología para analizar estructuras de poder concentrado.