legítimo

Legítimo es un adjetivo del español que describe lo que está conforme a la ley o al derecho, o lo que es reconocido como válido o razonable. También se usa para indicar que algo es auténtico, verdadero o propio, frente a lo que es ilegítimo o fraudulento. En ciertos contextos, se emplea como sustantivo femenino en expresiones como la legítima, la porción de la herencia que la ley reserva a determinados herederos.

Etimología: procede del latín legitimus, de legem, ley, y llegó al español a través del latín vulgar y del francés. Originalmente significaba “permitido por la ley” y, por extensión, “justificado” o “verdadero”.

Usos:

- Derecho y política: la legitimidad se refiere a la aceptación y el reconocimiento de la autoridad o del poder. Puede ser jurídica (conforme a las normas) o política (apoyada por el pueblo). Un gobierno se considera legítimo cuando su autoridad es reconocida y aceptada dentro del marco constitucional.

- Familia e herencia: la legítima es la porción de la herencia reservada por ley a ciertos herederos forzosos, como los descendientes; un hijo legítimo es quien nace dentro del vínculo matrimonial.

- Confianza y autenticidad: se aplica a objetos, acciones o instituciones que son genuinos o autorizados, por ejemplo un negocio legítimo o una documentación legítima.

Notas: el antónimo es ilegítimo. En el uso cotidiano, legítimo suele implicar conformidad con normas, principios y verdad, no solo formalidad legal.