frascos

Un frasco es un recipiente, habitualmente de vidrio o plástico, con un cuello estrecho y una tapa o tapón, diseñado para almacenar líquidos, polvos o alimentos. En español, el término se aplica a una amplia gama de envases usados en el hogar, comercios e industrias.

Los frascos se fabrican principalmente en vidrio o plástico, como PET o HDPE. Varían en tamaño desde pequeños frascos de unos pocos mililitros hasta frascos de varios litros. Suelen tener un cuello para facilitar el vertido y un cierre, que puede ser rosca, tapón de corcho o tapa con junta para sellar.

Sus usos son diversos: almacenamiento de medicamentos, cosméticos y productos químicos; envases para alimentos y bebidas; envases de conservación para especias, mermeladas o salsas; y en laboratorios para almacenar reactivos y muestras. En química analítica, también existen frascos volumétricos para mediciones precisas.

Protección y almacenamiento adecuados son importantes: evitar la rotura, mantenerlos alejados de la luz y la humedad cuando corresponde, y etiquetar correctamente el contenido. Muchos frascos son aptos para lavavajillas o requieren limpieza especial, según el material.

En contextos profesionales, el término se distingue de otros recipientes como matraces y vasos de precipitados. En química, existen frascos volumétricos para medidas precisas y frascos de vidrio para reagentes y muestras. En la vida cotidiana, los frascos se usan para conservar alimentos, cosméticos y productos de higiene.