cronostratigrafía

La cronostratigrafía es la rama de la estratigrafía que estudia la organización temporal de las rocas y la correlación de intervalos de tiempo a partir de su registro estratigráfico. Su objetivo es delimitar y caracterizar intervalos de tiempo geológico mediante unidades cronostratigráficas, que se basan en las características de las rocas depositadas durante un periodo concreto y en su contenido fósil.

Las unidades cronostratigráficas incluyen eonotemas, eratemas, sistemas, series y estadios, y se corresponden con las unidades geocronológicas de eón, era, periodo, época y edad. Los límites entre estas unidades suelen fijarse mediante GSSP (Global Boundary Stratotype Section and Point) o puntos estratotípicos, establecidos por la Comisión Internacional de Estratigrafía (ICS) para cada frontera en la escala de tiempo geológico. Este marco facilita la correlación global de rocas y de eventos geológicos a lo largo de la historia de la Tierra.

Para su definición y calibración, la cronostratigrafía recurre a múltiples métodos y evidencias. La bioestratigrafía, basada en fósiles guía, es fundamental para identificar intervalos de tiempo; la datación radiométrica ofrece anclajes calendarios; la magnetoestratigrafía y la quimioestratigrafía aportan señales correlacionables. La integración de estas pruebas permite convertir la secuencia de rocas en una escala temporal internacionalmente reconocible.

Entre sus aplicaciones destacan la correlación de estratos entre cuencas, la reconstrucción de ambientes pasados y la asistencia a la exploración y comprensión de cambios climáticos y biológicos a lo largo del tiempo. La cronostratigrafía depende de un registro fósil preservado y de límites bien definidos para ser eficaz.