colonialismo

El colonialismo es la acción y la ideología de establecer y mantener el dominio político, económico y cultural de una metrópoli sobre territorios y pueblos situados fuera de sus fronteras, mediante la ocupación, la administración directa o indirecta, y la explotación de recursos.

Históricamente, el colonialismo moderno se acusa a partir del siglo XV, con la expansión de potencias europeas como España, Portugal, Inglaterra, Francia, Países Bajos y Bélgica hacia África, Asia y América. Sus motivos incluían la búsqueda de recursos, rutas comerciales estratégicas, evangelización y prestigio nacional. Se articuló a través de modelos de colonias de asentamiento, colonias de explotación y protectorados, apoyados por marcos legales y económicos, como el mercantilismo.

La administración colonial variaba, con gobernadores, sistemas legales y estructuras administrativas que a menudo privilegiaban los intereses metropolitanos y limitaban derechos locales. La extracción de recursos, el trabajo forzado y, en muchos casos, la esclavitud, marcaron las economías coloniales y reorganizaron poblaciones, culturas y geografías.

Los impactos del colonialismo fueron profundos y ambivalentes: introducción de idiomas y sistemas educativos, mezclas culturales, y redes comerciales globales; pero también trastornos demográficos, desposesión de tierras, violencia y destrucción de sistemas sociales preexistentes.

Con la expansión de movimientos independentistas tras la Segunda Guerra Mundial, muchos territorios obtuvieron la independencia a lo largo de las décadas de 1940 a 1970. En la actualidad persisten legados del colonialismo, como fronteras problemáticas, desigualdades económicas y estructuras políticas, a veces descritos como neocolonialismo cuando la influencia persiste sin control directo.