chrismación

Chrismación es el nombre de un rito sacramental en la tradición cristiana, especialmente en las iglesias ortodoxas orientales y en otras iglesias orientales, por medio del cual el bautizado recibe la plenitud de la gracia mediante la unción con crisma, el aceite consagrado. En estas comunidades, la chrismación suele administrarse junto con el bautismo y, a menudo, se celebra en un solo acto litúrgico incluso para los niños.

El crisma, una mezcla de aceite de oliva perfumado con bálsamo o mirra, es consagrado por un obispo. Durante la liturgia, se unge al creyente en la frente y, en muchas tradiciones, en otros lugares del cuerpo; se pronuncian fórmulas que confieren el don del Espíritu Santo y se acompaña, a veces, de la imposición de manos.

Propósito: sellar al bautizado con el Espíritu Santo, fortalecer su fe y su vocación de vivir como miembro activo de la Iglesia y de testimoniar a Cristo. En la tradición ortodoxa, la chrismación se considera la continuación natural del bautismo, no un rito separado.

Diferencias con la tradición occidental: en las iglesias orientales la chrismación y el bautismo conforman un único acto de iniciación; en la Iglesia Católica Romana y en algunas iglesias católicas orientales, la confirmación y la unción con crisma suelen administrarse en un momento posterior, a menos que el bautismo haya sido celebrado en la infancia. Aun así, la unción con crisma es parte del rito de la iniciación y de la consagración en diversos sacramentos.

Etimología y significado: el término deriva del griego chrismá y del sustantivo crisma; el aceite de crisma simboliza la unción del Espíritu, la consagración para la vida cristiana y la misión de ser testigo de Cristo.