subordinadas

En lingüística española, una oración subordinada es aquella que no puede expresar una idea completa por sí sola y depende de una oración principal para adquirir sentido. Estas oraciones se enlazan a la oración principal mediante conjunciones o pronombres relativos y forman estructuras compuestas.

Las oraciones subordinadas se clasifican en tres grandes grupos según su función: sustantivas, adjetivas y adverbiales. Las sustantivas funcionan como sustantivos dentro de la oración y suelen completar verbos de pensamiento, habla o percepción. Ejemplos: Dijo que vendría. No sé si viene. Quiero que estudies.

Las adjetivas, o relativas, modifican a un sustantivo y se introducen por pronombres relativos como que, quien, cuyo o por palabras de lugar o tiempo. Ejemplos: El libro que leí; la casa donde vivo; la mujer cuyo hijo estudia.

Las adverbiales expresan circunstancias y pueden indicar tiempo, lugar, modo, causa, finalidad, condición o concesión. Se introducen mediante conjunciones como cuando, donde, como, porque, para que, si, aunque. Ejemplos: Llegaré cuando termine la tarea. No salí porque estaba cansado. Trabajó para que lo entendieras.

En la sintaxis española, las oraciones subordinadas dependen de la principal y pueden situarse antes, entre o después de ella. La concordancia de tiempos y el modo del verbo en la subordinada (subjuntivo frente a indicativo) influyen en el sentido y en la lectura de la oración compuesta.