Arcoíris

Arcoíris es un fenómeno óptico y meteorológico que se manifiesta como un arco de colores en el cielo. Se produce cuando la luz solar interactúa con gotas de agua en la atmósfera, siendo refractada, dispersada y, en su interior, reflejada antes de salir de la gota. La dispersión separa la luz blanca en su espectro de colores.

El arco principal aparece a unos 42 grados respecto al punto antipodal al sol y muestra el orden de colores rojo en el borde exterior y violeta en el interior. Un arco secundario, más débil y con los colores en orden inverso, se forma por dos refracciones internas y dos reflexiones en la gota, con un radio de unos 50 a 53 grados. A veces se observan arcos supernumerarios, debidos a la interferencia de la luz en gotas pequeñas.

Los arcoíris suelen verse opuestos al sol, y la forma general es un arco circular que, desde el suelo, suele aparecer como una semicírca debido al horizonte. En condiciones de alta precipitación y una fuente de luz solar despejada, puede verse un círculo completo si el observador tiene una línea de visión amplia, por ejemplo desde una montaña o desde un avión.

Además de la lluvia, un arcoíris puede formarse con otras formaciones de gotas presentes en la atmósfera. Un arcoíris lunar, provocado por la luz de la luna, es mucho menos frecuente y más débil.

El arcoíris es distinto de otros fenómenos como los halos, que se forman con cristales de hielo y tienen configuraciones y colores diferentes. Sin necesidad de distinguirlo en colorimetría, la observación universal reconoce su patrón característico de secuencia y simetría.